jueves, octubre 06, 2011

Crepúsculo en el campo de Gualeguay



Nada más que un sueño amarillo que se va entre los talas
detrás de un vuelo bajo y encendido de verdes.
La luz es una nostalgia que alarga sus suspiros hasta las lejanías.
Los cardales secos, aéreos, de que color?
Este paisaje es mi alma y sera siempre mi alma.
Un espejo infinito para el cielo.
Sabéis, amigos, ahora, la causa de mi vaga tristeza?



De El Álamo y el viento (1947) Juan L. Ortiz-

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